domingo, 11 de mayo de 2014

Hoyo Mayor



Sierra Cebollera es una de mis zonas favoritas de La Rioja, y los hoyos, lugares emblemáticos para mí. Quería compartirlos con mis amigos y decidí organizar una ruta a Hoyo Mayor.

Hoy se incorpora Fernando, gran conocedor de la montaña riojana y gran ciclista, y Marco, ciclista lusitano de paso por La Rioja.

Comenzamos remontando el sorprendente Barranco de Las Rameras, rodando sin prisa por la pista admirando el colorido del hayedo.

La pendiente poco a poco va aumentando

hasta que desaparece ante el asombro de los que iban por delante. Sus sospechas se ven confirmadas cuando les digo que el camino continúa por una senda cerrada que, en fuerte pendiente, se interna en el hayedo.

La pendiente es elevada y el firme muy irregular, lleno de piedras, pero está seco y agarra bastante bien, así que intentamos subir montados el mayor tiempo posible.
Foto de Sergio
Lo que no impide que, tras rodar unos cuantos metros a pleno rendimiento, todos tengamos que echar pie a tierra y continuar con la bici al hombro para cruzar un canchal.

Tras otro tramo en el que podemos pedalear 

llega el último repecho a pata hasta alcanzar la Pista de los Sillares.

Cuando les digo que ni a izquierda ni a derecha, que hay que continuar por la senda que nace justo enfrente no puedo evitar una sonrisa ante las caras de mis amigos. Esto es enduro, chicos!

Comenzamos a rodar por esta dura senda que sigue ganando altitud.

Y al cabo de un rato a la sonrisa le sigue la decepción y la rabia: al igual que en Junio del año pasado, las labores de saca de leña han continuado con el consiguiente destrozo: este tramo de senda está literalmente barrido.

A esto hay que añadir la cantidad de árboles abatidos por las tormentas de este invierno, árboles partidos por la mitad como palillos. No quiero ni imaginarme cómo será vivir una tormenta como ésas en pleno bosque.

Afortunadamente, tras unos 800 metros la senda reaparece intacta, aunque con muchas ramas, algunos árboles cruzados y muchos más caídos a ambos lados.

Y llegamos a las campas de Chichirri, desde donde podemos intuir las cumbres de Cebollera hacia donde nos dirigimos.

Continuamos hasta el Alto del Achicarre e iniciamos el descenso hacia la ermita de Lomos de Orio. La naturaleza reclama lo suyo y poco a poco va borrando las huellas del destrozo provocado por las máquinas el año pasado. Alcanzamos la senda y descendemos rápidamente hasta la ermita.

Después del gran esfuerzo todos agradecemos este tramo de divertida bajada.

Reponemos fuerzas en la ermita y continuamos subiendo por la pista.

El ascenso es cómodo y poco a poco vamos ganando altura,

y al poco rato ya podemos ver a lo lejos nuestro objetivo.
 
Pero nuevamente les tenía preparada una sorpresa. Nuevamente sonrío ante sus caras: Es por aquí?

La senda que sube a Hoyo Mayor tiene un inicio de escasa o nula ciclabilidad por la fuerte pendiente y por un firme plagado de piedras. A lo que hay que añadir la presencia de numerosos árboles abatidos por las tormentas invernales.

Mientras ascendemos caminando apartamos del camino cuantos árboles podemos.

Al poco rato llegamos a una zona donde la pendiente se suaviza algo y el firme es de hierba y podemos continuar pedaleando.

Al poco rato salimos del pinar y subimos por unas praderas con fuerte pendiente 

y llegamos a las estribaciones de Hoyo Mayor, donde el pasiaje es más alpino,

y podemos ver cara a cara al pico Cebollera vigilando desde las alturas.

Tras un último esfuerzo

llegamos hasta Hoyo Mayor, donde descansamos y comemos algo mientras disfrutamos de las hermosas vistas de este antiguo circo glaciar, en un día perfecto para el disfrute de la montaña.


Como en toda buena ruta, lo mejor estaba al final. Así que nos ponemos las protecciones y comenzamos a bajar por donde habíamos subido hasta volver a la pista.

Unos pocos cientos de metros de relax antes de acometer el descenso por la senda que discurre paralela al arroyo Puente Ra. Una senda muy técnica balizada por mojones de piedras

y plagada de piedras que obligan a estar muy atento a la trazada.

La senda se interna en el hayedo,
Foto de Sergio

donde se alternan tramos con escalones

con zonas de piedras

y con otros algo más rápidos.

Cruzamos el arroyo y la senda se convierte en pista, pero les aviso que no corran demasiado por la casi segura presencia de caminantes y para que no se salten los lugares desde donde se ven las cascadas.
Foto de Sergio

Afortunadamente me hacen caso y podemos hacernos unas bonitas fotos

posando "casualmente" en las cascadas

y no asustar a los caminantes.

Una última foto junto a la cascada grande y reemprendemos la bajada.
Una caída muy aparatosa se salda afortunadamente con alguna que otra magulladura y un pinchazo, y seguimos sin mayores contratiempos.

Otra completa ruta con subidas exigentes, bonitos parajes y bajadas técnicas, y su merecida cervecita para comentar la ruta. Excelente día con amigos!!

domingo, 4 de mayo de 2014

Verde sobre Verde



Hoy es un día de reencuentro. Rencuentro con los amigos a los que no veía desde hacía más de dos meses (lástima que no hayan estado todos), con la bici de enduro, con la sierra de la Demanda, con los hayedos…

Para la ruta de hoy alguien hizo varias sugerencias y pensé: por qué no hacerlo todo?

Así que nos fuimos a Ezcaray con un objetivo ambicioso, pero nos encontramos con la lluvia. Un café mientras escampa nos da la oportunidad de charlar un rato.

Comenzamos rodando por la carretera remontando el río Oja hasta llegar a Azárrulla, donde tomamos la pista que remonta el arroyo Usaya. El verde lo inunda todo, desde el suelo alfombrado de hierba,

pasando por los árboles de ribera que crecen junto al arroyo hasta las hojas que han comenzado a brotar de las hayas. Más arriba, las nubes que aún amenazan lluvia.

Nos internamos en el hayedo

y la luz que se filtra entre las hojas adquiere un tono especial. 

Cruzamos uno por uno

los puentes tendidos sobre el arroyo
Foto de Alvaro

y poco a poco la pendiente va aumentando hasta que la abundancia de piedras y agua nos obliga a superar algunos tramos caminando cual fichas de parchís sobre el tablero.

Después de unos tramos nada ciclables
Foto de Sergio
 llegan otros donde cada pedalada, aunque costosa, añade aún más satisfacción. Y llegamos a la zona del hayedo en la que todavía no han brotado las hojas.
En los límites del hayedo los pinos hacen su aparición y la pendiente ahora es más llevadera

Los puentes se acaban y cada paso sobre los arroyos
Foto de Alvaro

 se convierte en un cara

o cruz.

En el último arroyo, y calentados por el poco sol que entra, paramos a comer algo y a que nuestro amigo Sergio entre en calor después del chapuzón.

Al poco continuamos cumbreando por una senda que discurre por un pinar

hasta que en unas campas la senda gira a la izquierda y comenzamos a bajar.

Primero un bonito slalom entre pinos,
Foto de Alvaro
 
seguido de una fuerte bajada

hasta cruzar un arroyo y cambiar de vertiente.

La senda vuelve a media altura por el mismo valle que hemos remontado

que luce en todo su esplendor.
Tras las lluvias recientes el agarre es perfecto salvo en zonas de hierba.
 

Bajamos rápidos, parando sólo en los miradores naturales sobre el valle

y cuando la maleza ha cerrado tanto la senda que casi no se puede avanzar.
Foto de Alvaro

Superado el tramo cerrado la senda vuelve a ser rápida

y ya no paramos hasta que, en pocos minutos, alcanzamos de nuevo a la carretera con los brazos cansados pero con una sonrisa en la cara.

Volvemos por la carretera en dirección a Ezcaray hasta tomar la carretera que sube a la estación de Valdezcaray, por la que rodaremos un pequeño trecho, tomando el primer desvío a nuestra izquierda por una pista.

Esta pista

remonta en suave pendiente el valle del Arroyo de la Zalaya
hasta llegar al Collado Sagastia.
 
Aquí decidimos que dada la hora que es, a que las fuerzas están algo justas y a que los lesionados se resienten, lo prudente es bajar directamente por el GR-93, así que dejamos para otro día el Collado Marrulla.

Tras ponernos las protecciones nos lanzamos por el GR a toda velocidad. Nadie quiere parar ni a hacer fotos, así que nos dedicamos a disfrutar a tope de esta rápida y divertida bajada.

Foto de Sergio

Tras diez minutos de locura llegamos a los coches de nuevo con esa dulce sensación de cansancio y satisfacción.

Y tras la merecida cerveza nos despedimos hasta la próxima.

Enlace al track