lunes, 28 de enero de 2013

Nieve en Gallinero



Después del parón debido a las Navidades (más motivado por los numerosos compromisos sociales que por otra cosa), vuelvo a salir un sábado con Alberto y Fran. Las recientes nevadas que persisten por encima de los 1.000 metros y las lluvias de la noche pasada que habrán encharcado cotas más bajas nos limitan a la hora de planificar la ruta, así que nos decidimos por la zona de Gallinero que aguanta bien el agua y nos ofrece alternativas en el caso de que encontremos mucha nieve.

Así que nos dirigimos a Pradillo, donde dejamos los coches e iniciamos la ruta subiendo por la calzada romana en dirección a Peñas Malas, donde yo sabía de una senda que nos llevaría por Peñalibano hasta Gallinero (parte de la Gallinerada 2012 de los OR)

La subida es muy llevadera y rápidamente alcanzamos el mirador, donde tras disfrutar del excalextric que hay a nuestros pies nos desviamos por la senda. Una senda preciosa, con apenas desnivel, que parece alfombrada: la senda perfecta.

Lo malo es que desemboca en una pista que sube en dirección sur 

y que al poco rato se convierte en una auténtica pala que nos exprime en todos los sentidos.

Poco a poco la pendiente se suaviza un poco, aparecen las primeras hayas con sus curiosas formas


y a unos 1.100 metros de altitud hace su aparición la nieve.

Muy tímidamente al principio, pero al poco rato ya empieza a comprometer la tracción, originando un peculiar debate sobre la conveniencia de ruedas más finas o más gordas para pedalear sobre nieve.

Alcanzamos un collado donde la nieve es más abundante,


acumulándose sobre todo en el camino, por lo que decidimos ir fuera de la pista donde el viento se ha llevado parte de la nieve. 
Justo antes de coger el GR que baja a Gallinero, vemos unas campas nevadas y no podemos resistir la tentación.

Siguiendo el track de la excelente ruta que preparó Ramón en Mayo e intentando no hundirnos en la abundante nieve, poco a poco vamos dando con el camino a seguir, parándonos en el depósito de agua de Gallinero a disfrutar de las vistas de este bonito pueblo camerano.

El GR inicialemente con bastante nieve

nos deja rápidamente
Foto de Alberto
en el pueblo, donde almorzamos disfrutando de un sol que ahora luce con fuerza.

Decidimos dejar nuevamente el horquín para otra ocasión, y cogemos el GR que baja a Villanueva. Aunque muy embarrado los primeros metros, en seguida comprobamos que aguanta perfectamente el exceso de humedad, aunque las dos zonas técnicas con piedras 


y fuertes pendientes están muy resbaladizas y se nos vuelven a atragantar (volveremos  a intentarlo cuando esté seco)

Al llegar a la zona más elevada de la senda nos paramos a disfrutar de las vistas.

La divertida zona de las eses nos permite poner en práctica ciertos truquillos que, sin demostrar claramente su utilidad, resultan muy vistosos (giros con la rueda trasera levantada, derrapes para trazar curvas cerradas, etc.) y hacen que lo pasemos en grande.
 
El descenso por el hayedo,
con más agua debido al deshielo

 lo hacemos tranquilos, disfrutando,
Foto de Alberto
 y descubrimos que los cazadores y los carroñeros han pasado dejando cada uno su huella en lo poco que queda de un gran ciervo.

En Villanueva, unos minutos de disfrute de la excelente mañana soleada

con el arrullo de la fuente.

El tramo de la calzada romana que nos lleva de vuelta a Pradillo es un paseo relajante,

colofón perfecto para una ruta corta pero muy bonita, para este reencuentro con los amigos, con la nieve y con la montaña.